Llenaríamos páginas y páginas de sugerencias pero ahí van unas cuantas en plan maratón. Preparados, listos, ¡ya! Empezamos en las lagunas de Alcázar de San Juan para después conocer el interior de los molinos de viento de Campo de Criptana, uno de los emblemas manchegos más representativos. Date un buen chapuzón en el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera rodeado de somormujos, perdices, conejos y rapaces. Visita los formidables pueblos de Villanueva de los Infantes y el Viso del Marqués, con sus palacios señoriales. Cata el vino manchego por excelencia, un buen Valdepeñas, gozando de viñedos interminables. Adéntrate en el teatro clásico de Almagro con su festival internacional y no te pierdas el corral de comedias. Pasea por las pasarelas del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel para ver entre otros al pato colorado y a la malvasía cabeciblanca. Sube a la Sierra de Malagón para contemplar nuestras Navas y visita el pueblo en el V centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Observa el Guadiana a un lado y los “maares” al otro desde la ermita de Alarcos, cerca de Ciudad Real. Contempla en “jeep” ciervos, jabalíes, zorros, buitres negros y águilas imperiales entre otros en el Parque Nacional de Cabañeros. Échale una foto a las nutrias del río Bullaque en la Tabla de la Yedra, cerca de Piedrabuena. Acércate a la junta de las aguas en Luciana, donde el Bullaque se une al río Guadiana. Continúa hacia el sur para visitar las minas de Almadén y por último no te pierdas el paraje cervantino de la Venta de la Inés, en el "Serengueti" del Valle de Alcudia, junto a Puertollano y Almodóvar del Campo.
¿Queréis añadir más? ¡Adelante!
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